Formación Minibasket (Parte 2) | Entrevista a David Cárdenas, Experto en Baloncesto de Iniciación.

Castilla-La Mancha (6/4/2020) | Tras la presentación el pasado 1 de abril del Curso de Especialista en Minibasket anunciábamos la aportación de dos expertos en la materia de un amplio decálogo de consejos dirigidos a todos los actuantes necesarios dentro del minbasket. El pasado lunes era Mauro Sánchez el que nos presentaba sus experiencias dentro de su decálogo en torno a este asunto, siendo hoy David Cárdenas quien cierre este ciclo centrado exclusivamente en el Minibasket con otro decálogo de consejos para enmarcar y para tener muy presente todos los días. Aportación espectacular de ambos Profesores para dejarnos las cosas muy claras. Aquí os dejamos la entrevista de hoy con David Cárdenas.

 

Consejos para el entrenador de formación:

Recuerda que:

Nuestro objetivo como formadores es garantizar las experiencias necesarias para favorecer su educación deportiva y su mejora individual y colectiva; no conseguir un rendimiento a corto plazo.

Debemos buscar su formación integral, primero como persona y luego como jugador/a de baloncesto. Educa en valores: pocas/os podrán alcanzar el máximo nivel deportivo pero todas/os podrán aprovechar sus vivencias deportivas para lograr una buena educación que les ayude el resto de sus vidas

Fórmate de manera permanente y lo más global posible. Necesitamos saber de Pedagogía, Psicología (procesos psicológicos básicos, teorías del aprendizaje y control motor…), Fisiología, Biomecánica, y además debemos conocer profundamente nuestro deporte para diseñar escenarios de aprendizaje que estimulen la mejora del jugador/a en la dirección adecuada, etc. Estudia, observa a otros entrenadores, acude a cursos de formación y reflexiona sobre tu propia práctica para aprender de tus propios aciertos y errores. Nunca se sabe lo suficiente.

Sé paciente y no tengas prisa. El proceso de enseñanza conlleva la inversión de tiempo. Los aprendizajes no tiene lugar de la noche a la mañana.

Respeta los ritmos de aprendizaje individuales. Cada niño aprende a un ritmo particular que varía a lo largo del tiempo. Quienes hoy destacan no tienen por qué terminar siendo los que más destaquen.

La generosidad es la base de nuestro trabajo. Debemos estar dispuestos a sacrificar nuestro ego evitando caer en la trampa del rendimiento a corto plazo pensando en nuestra propia promoción deportiva. No se trata de ganar partidos sino de formar jugadores/as.

Dedica el mismo interés y tiempo a atender a cada uno/ a de ellos/as. Todos tienen derecho a su formación, independientemente del nivel de juego que muestren en un momento determinado del proceso.

Trata de conocer a tus jugadores para poder escoger convenientemente las estrategias que les ayuden a seguir creciendo. Cada persona es diferente, lo que nos exige adecuarnos a sus motivaciones, inquietudes, miedos, etc. Acertar en la forma de canalizar la información que les aportamos, los refuerzos que les proporcionamos, o los retos que les planteamos es imposible sin un conocimiento profundo de su personalidad, su historia previa, o las  circunstancias que le rodean en su entorno inmediato.

Estimula todo lo que puedas su autoconfianza. Que sean capaces de tomar iniciativas en el juego depende en gran medida de ello. Necesitamos estimularles para probar cosas nuevas, para sumir los retos del juego y nada de ello es posible si no confían en sus propias posibilidades.

Proporciona información sobre lo que hacen bien antes de centrarte en lo que deben mejorar. La principal misión del entrenador no es corregir al jugador sobre las conductas menos eficaces sino mediar en el proceso de aprendizaje para ayudarle a mejorar su capacidad adaptativa y conseguir nuevos retos. 

Lucha para que tu lenguaje sea positivo y transmita confianza y convicción en sus posibilidades para ajustar su conducta a los objetivos marcados y mejorar. Evalúa la acción y no a la persona.

Evita la crítica desmesurada o el lenguaje maleducado (insultos o descalificaciones)

Erradica el miedo al error. Es el gran cáncer del aprendizaje. Hazles comprender que cometer errores forma parte del proceso de aprendizaje. Estimúlales para que intenten realizar acciones novedosas que aún no dominan. Sólo hay una forma de conseguir que algo te salga bien: intentarlo muchas veces hasta que se alcance el nivel de dominio suficiente.

Incentiva a tus jugadoras/es a asumir nuevos retos. El proceso de aprendizaje debe parecer a un juego en el que asumo el desafío y disfruto con los logros sea cual sea el ritmo con el que se produzcan

Asegúrate de que disfrutan. El baloncesto no deja de ser un juego que se practica para satisfacer unas necesidades básicas de ocio y que ofrece grandes oportunidades educativas.

Evita generar expectativas que puedan no cumplirse. Incluso aquellos/as que destacan claramente por encima de los demás puede que no alcancen el rendimiento que se intuía.

Muéstrate disponible y feliz para ayudarles con cualquier problema que les surja.

Haz evidente ante el grupo el valor de cada componente de la plantilla. Cada uno/a aporta un valor esencial al grupo. Todos son importantes y por ello debes aprovechar cualquier oportunidad cotidiana para hacer un reconocimiento público de un valor esencial que representa cada uno/a.

Sé honesto en tu labor: no les exijas nada que no te hayas exigido a ti mismo previamente: si pretendes que sean puntuales, procura darles ejemplo llegando con tiempo de antelación; si quieres que sean generosos, intenta entregarte a los demás…

Consejos a los clubes

Procurad escoger a los mejores entrenadores de formación posibles. Los mejores no son los que tienen más conocimientos sobre el juego porque entrenaron en el alto nivel. Aunque este conocimiento es importante para ejercer como formador hay otros aspectos o competencias esenciales que garantizan el éxito en estas labores. El más importante de todos es tener vocación de formador o educador deportivo.

Incorporar un director técnico con amplia formación y competencias para labores de mentorización (supervisión) de los entrenadores de cantera.  Es determinante contar con los servicios de alguien extraordinariamente cualificado que supervisa la labor del resto de los entrenadores y marca las directrices a seguir en el desarrollo del proyecto deportivo.

Implementar un programa de formación permanente para la actualización de los entrenadores. Contemplar ayudas económicas que garanticen además la presencia de los entrenadores en cursos o clinics de formación.

Contar con un programa establecido de objetivos, contenidos y estrategias a implementar por etapas aunque permitiendo un margen de libertad para que cada entrenador/a pueda desarrollar sus iniciativas personales sin atentar a los principios de actuación generales establecidos por la coordinación técnica.

Aprovechar el desarrollo reciente de las nuevas tecnologías para crear un espacio virtual en el que los entrenadores encuentren material para su formación permanente.

Establecer un programa de formación de los padres para concienciarlos del rol que deben asumir y evitar conductas no deseables. Crear un ciclo de conferencias o debates con personas del entorno con cierta formación en temas que les afectan para una educación deportiva de sus hijos.

Establecer unos criterios de permeabilidad entre categorías por edades que dinamicen la participación de los jugadores/as en otros equipos del club que les aporten experiencias complementarias o garanticen la participación de los niños/as en un nº mínimo de sesiones a la semana cuando tienen actividades académicas que les coinciden con el horario de su propio equipo.

Tratar de reconocer la labor de los entrenadores de la mejor posible atendiendo a las recursos disponibles del club. Ellos representan junto con los jugadores, el mayor patrimonio de la entidad y son los que, con su esfuerzo y entusiasmo, conseguirán formar jugadores y que el club logres sus retos deportivos.

Respaldar firmemente las decisiones de los entrenadores ante cualquier injerencia de las familias o de personas ajenas al staff técnico. Los entrenadores deben sentirse respaldados por el club cuando surjan conflictos por conductas no deseables de las familias.

Incentivar las competiciones internas que tienen una clara orientación formativa: competiciones de 1 x 1, de tiros libres seguidos sin fallo, hacer un vídeo propio con la canasta más espectacular, etc. Ayudan a complementar la formación.

Establecer un sistema de seguimiento de las jugadoras/es a lo largo de la temporada y de su evolución en el club.

Incentivar la educación en valores destacando las conductas de mayor valor pedagógico de la semana y mostrándolas a través de los grupos internos o de la página web del club.

Consejos a los padres

Asegúrate de llevar a tu hijo/a a un club donde haya buenos entrenadores, no donde se obtenga rendimiento inmediato.

Cuando hayas decidido a qué club llevarlo, ejerce de padre y no de entrenador. Evita interferir en el trabajo de los entrenadores. Los niños ya tienen entrenadores y, sin embargo, necesitan tener a sus padres para ejercer como tales cuando los necesitan.

Preocúpate por educarle para que sea respetuoso con los compañeros, los entrenadores, los directivos, los árbitros y cuantas personas participen en su proceso de formación deportiva.

No cuestiones las decisiones de los entrenadores, al menos delante de ellos. Necesitan confiar plenamente es sus criterios y tu crítica desvirtúa su autoridad.

Felicítale en su progreso y anímale en sus frustraciones. Tu apoyo es determinante para su seguridad pero evita las críticas de tipo técnico (ésta no es tu función, aunque en el pasado practicaras este deporte).

Si acudes a los partidos, sé respetuoso con las decisiones de los árbitros. Ellos tratan de hacerlo lo mejor posible y como todos los humanos, cometen errores que forman parte del juego, como los que cometemos los entrenadores o los propios jugadores/as. Si te ven insultar, aprenderán a insultar. Los niños aprenden de lo que nos ven hacer a los adultos, no de lo que escuchan que deben hacer.

Sé igualmente respetuoso con los jugadores de ambos equipos o con los acompañantes.

Aplaude las acciones que lo merezcan independientemente del equipo que las realice y evita abuchear o manifestarte de forma que pueda interferir negativamente en el rendimiento de los rivales.

Transmite a los entrenadores cualquier información que pueda ayudarles en su labor diaria y procura colaborar cuando te lo pidan para desarrollar estrategias conjuntas que vayan encaminadas a mejorar el comportamiento de vuestro hijo.

No pretendas que tu hijo alcance las cotas de rendimiento que te hubiera gustado alcanzar. Juega a baloncesto porque le gusta. No hay nada peor que un ex jugador frustrado que se empeña en que su hijo/a sea jugador/a de élite. Deja que decida  por sí mismo.

Asegúrate de que sea puntual y respetuoso con la asistencia a los entrenamientos y partidos. Su ausencia no sólo le afecta personalmente sino que perjudica al equipo. Recuerda que está inmerso en un proyecto colectivo.

Evita utilizar como castigo la prohibición de asistir al entrenamiento o partido. Si no se te ocurre castigarles sin comer o sin ir al colegio, deberías ser consciente de que hacer deporte diario es una de las recomendaciones básicas de la Organización Mundial de la Salud y que ésta se basa no sólo en los beneficios metabólicos, endocrinos, cardiorrespiratorios de la práctica de ejercicio físico, sino en los de naturaleza cognitiva y emocional que conlleva.

CONSEJOS A LOS JUGADORES

Escoge el club en el que puedas disfrutar de la práctica del baloncesto y puedas progresar como jugador. Es mejor ser cabeza de ratón que cola de león. Si en club vas a sentirte importante para tu equipo y vas a poder disfrutar de minutos de juego no te dejes llevar por los cantos de sirena que te animarán a estar en el club más competitivo posible. Nadie se forma como competidor si no compite.

Disfruta del baloncesto. Juega para disfrutar y aprender. No tengas miedo a equivocarte. Los mejores jugadores de la historia fracasaron muchas veces antes de alcanzar el nivel de excelencia deportiva.

Presta atención a los consejos, sugerencias o correcciones de tus entrenadores. Su única intención es ayudarte a crecer como persona y como jugador.

Esfuérzate cada día para conseguir retos nuevos que estimulen tu mejora como jugador.

Sé constante y disciplinado tanto en los entrenamientos como partidos de competición.

Piensa antes en el bien común que en el tuyo propio. Recuerda que has escogido un deporte de equipo. Ayuda a tus compañeros a seguir mejorando.

La humildad es un valor esencial para seguir evolucionando. Los mejores de la historia de nuestro deporte nunca se permitieron el lujo de creer que ya sabían lo necesario. Por el contrario, siempre pensaron que debían mejorar ciertos aspectos de su juego y se esforzaron por conseguirlo.

No te generes grandes expectativas, disfruta del día a día, pero haz lo que esté en tus manos por conseguir tus sueños.

¿Qué es lo que te habría gustado aprender en un curso de formación y tuviste que aprender por tu propia experiencia y tus propios medios?

Tuve que aprender de forma autónoma cómo gestionar las emociones individuales y del grupo para rentabilizar mis esfuerzos en la dirección de equipo, con el objetivo de ayudar a mis jugadores.

Me habría encantado que alguien en su momento me explicara como analizar el juego de alto nivel para diseccionar las necesidades formativas que conlleva la realización de las acciones complejas de juego y poder desarrollar contextos de aprendizaje de dificultad creciente que fueran eficaces atendiendo a la etapa formativa de mis jugadores para estimular su mejora.

También eché de menos un curso destinado a estructurar el proceso de aprendizaje a lo largo de las diferentes etapas formativas.

Me habría resultado especialmente interesante que me dieran formación para desarrollar mis competencias perceptivas y atencionales, las que me permitirían identificar las virtudes de mis jugadores y al mismo tiempo detectar las carencias a tiempo real durante la práctica en entrenamientos o partidos.

Creo importante que los jugadores reciban formación sobre el procedimiento para la realización de vídeos que ayuden al jugador a identificar sus virtudes y carencias, así como a establecer un programa consensuado de objetivos individuales o colectivos.

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