El verano ya va encarando su recta final y esto, en el ámbito del baloncesto, supone la llegada de una época llena de ideas, proyectos… todos los que estamos en este mundo hemos sentido en más de una ocasión ese “gusanillo-ahí-dentro”, que lleva aparejado la renovación de objetivos e ilusiones. Tras una primavera en la que ya había momentos en los que la dureza de la competición hacía que pareciera que estábamos a punto de claudicar y un verano en el que “cargábamos pilas” (quizás sea una de las frases hechas que más se repita en esta época del año), llega el mes de Septiembre y parecemos otros. Nuevos planes, nuevos equipos, nuevos compañeros… en ocasiones, nuevos entrenadores… pero siempre un mismo marco: mi deporte, el BA-LON-CES-TO (como en su día se acuñó desde la órbita de la “ÑBA”).
